SALUD PÚBLICA
Una Coalición Social Local por una SALUD PARA TODOS
Preámbulo
Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), la organización mundial de gobiernos locales y regionales, junto con socios de la sociedad civil y partes interesadas globales, reconoce la necesidad urgente de priorizar la salud dentro de nuestras ciudades y territorios como pilar fundamental de un contrato social renovado. La salud no es solo una necesidad individual, sino un derecho humano colectivo.
La Agenda Común del Secretario General de las Naciones Unidas subraya el imperativo de promover la protección social universal, incluida la atención sanitaria y el bienestar social. Sin embargo, el mundo está lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 (Salud y Bienestar) y corre el riesgo de poner fin a décadas de progreso.
CGLU aboga por un enfoque ascendente y localizado de la gobernanza sanitaria, asegurando un papel central para los gobiernos locales y regionales en las políticas que puedan garantizar una vida sana para todos los ciudadanos y garantizar que la salud se entienda como un bien público. Juntos, nuestro objetivo es desarrollar un Pacto Social Local que consagre la salud, arraigado en los principios de atención, igualdad y responsabilidad intergeneracional, garantizando que los servicios de salud sean accesibles, inclusivos y estén preparados para el futuro.
Acerca de este proceso
➜ The first letter addressing the Public Health thematic pillar of the Covenant is provided below (and can also be downloaded here in PDF format):

📝 Nuestra evaluación
Las desigualdades en materia de salud persisten en todo el mundo, y casi la mitad de la población mundial carece de acceso a servicios de salud esenciales. La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto no solo las desigualdades en el acceso a los servicios, sino también las desigualdades fundamentales entre países y dentro de ellos, dejando al descubierto la importancia de los gobiernos locales y regionales para garantizar el acceso a los servicios de salud esenciales, proteger a las comunidades y reforzar las redes de seguridad social. La creciente emergencia climática y las crisis superpuestas e interconectadas a las que se enfrenta el mundo también exigen un enfoque holístico de la salud en nuestras ciudades y territorios.
Los desafíos clave incluyen:
Crecientes desigualdades en el acceso a los servicios de salud, derivadas de la marginación y las barreras sistémicas.
La financiarización y privatización de la atención médica, que amenazan la asequibilidad y la universalidad y agravan las desigualdades.
El cambio climático y la degradación del medio ambiente, que exacerban los riesgos para la salud a través de la contaminación, la inseguridad alimentaria y los fenómenos meteorológicos extremos.
Los cambios tecnológicos y la digitalización requieren modelos de gobernanza que prioricen la inclusión, la transparencia y el acceso equitativo a las innovaciones sanitarias.
La erosión de la gobernabilidad democrática, que socava el valor de la toma de decisiones en las políticas de salud y el papel del público en el desarrollo de marcos de salud que prioricen a las comunidades.
Para abordar estos desafíos es necesario replantear la salud como parte de los bienes comunes mundiales, incluyendo la salud como un derecho básico y entendiendo el acceso al aire limpio, el agua y el saneamiento como piedras angulares para lograr ciudades y territorios saludables. La salud debe protegerse como un derecho fundamental, integrado en un marco de servicio público universal que priorice la equidad, la sostenibilidad y la resiliencia.
🤝 Nuestro compromiso
Los gobiernos locales y regionales están en una posición única para transformar la cobertura de salud universal e inclusiva y promover la salud en nuestros territorios a través de un enfoque que prioriza la salud. La proximidad de los GLR a las comunidades les permite diseñar e implementar políticas de salud inclusivas y centradas en las personas, y abordar la salud de manera integral dentro de sus territorios. A través de una comprensión de la salud como un bien público local, CGLU y sus socios se comprometen a transformar:
La salud como derecho fundamental: Reconocer la asistencia sanitaria como un bien público esencial es el primer paso necesario para su plena realización como derecho humano. Incorporar la atención en el centro de las políticas de salud significa dar prioridad a las necesidades de los más vulnerables y garantizar la dignidad y el valor de los trabajadores de la salud. El fortalecimiento de los sistemas de salud locales, y su integración con servicios públicos como la educación, el saneamiento y la protección social, es fundamental para avanzar en un enfoque holístico de la salud basado en los derechos que rompa con los modelos fragmentados y aislados.
Gobernanza sanitaria localizada y participativa: Empoderar a los gobiernos locales y regionales para que co-creen e implementen estrategias de salud basadas en las necesidades de la comunidad es un imperativo político para construir sistemas de salud equitativos. El fortalecimiento de la toma de decisiones participativa garantiza que las comunidades no sean receptoras pasivas, sino moldeadoras activas de los servicios de salud que afectan sus vidas. Avanzar en una gobernanza descentralizada que priorice la atención primaria de la salud, la prevención y los determinantes sociales de la salud es esencial para acercar el poder a la gente e impulsar políticas públicas transformadoras.
Sistemas sanitarios resilientes y sensibles al clima: Los sistemas de salud resilientes y sensibles al clima son una necesidad política y normativa ante los crecientes desafíos ambientales y sociales. El desarrollo de infraestructuras sanitarias en torno a la resiliencia climática debe ir de la mano de inversiones audaces en políticas de salud pública ecológicas, como la planificación urbana sostenible, el control de la contaminación y la preparación para casos de desastre. El fortalecimiento de los sistemas de salud frente a futuras crisis, ya sean pandemias, desastres relacionados con el clima o derivados de conflictos sociales, es fundamental para salvaguardar vidas, garantizar la equidad y asegurar el futuro de la salud pública.
Protegiendo la salud en nuestras ciudades: La protección de la salud en nuestras ciudades requiere una audaz reinvención del desarrollo urbano como motor de equidad y bienestar. Garantizar el acceso equitativo a la vivienda, la educación y el empleo debe ser reconocido como la base de comunidades saludables. Las ciudades deben diseñarse deliberadamente para promover la salud, a través de viviendas seguras y asequibles, transporte público accesible y espacios verdes inclusivos. La expansión de las redes de seguridad social, el apoyo a la salud mental y la atención médica comunitaria es esencial para abordar las disparidades estructurales y construir entornos urbanos que atiendan a todos los residentes, especialmente a los más vulnerables.
📢 Nuestro llamamiento
Invertir en la cobertura universal de salud como bien público: Los gobiernos y las instituciones mundiales deben dar prioridad a la inversión pública en atención sanitaria, garantizando modelos de financiación sostenibles que refuercen el acceso equitativo a los servicios esenciales. La salud pública no debe estar sujeta a lógicas impulsadas por el mercado, sino protegerse como un pilar fundamental de la justicia social.
Fortalecer la gobernanza multinivel y la coherencia de las políticas para un contrato social renovado: Un nuevo enfoque de la gobernanza debe situar los cuidados y la salud en el centro de las políticas económicas y sociales, tratando la asistencia sanitaria no como un privilegio, sino como un derecho esencial. La incorporación de la cobertura sanitaria universal en marcos de servicio público más amplios fomentará sociedades inclusivas, resilientes y justas, y la participación de los gobiernos locales y regionales en todas las decisiones relacionadas con la salud, como un tratado mundial sobre pandemias, garantizará que las respuestas a las crisis sean equitativas. Las políticas nacionales e internacionales deben alinearse con las realidades locales, integrando a los gobiernos locales y regionales en los procesos de toma de decisiones para garantizar la implementación efectiva de la cobertura sanitaria universal. La colaboración multinivel es esencial para lograr sistemas de salud equitativos y centrados en las personas.
Promover la salud y el bienestar urbano: Las ciudades deben diseñarse para apoyar la salud mejorando la calidad del aire, ampliando los espacios verdes y públicos, garantizando el acceso a la educación y a los servicios de salud mental, y creando espacios que aborden las externalidades de la salud. Las políticas urbanas holísticas crean entornos en los que todos los residentes pueden prosperar. Los gobiernos locales y regionales están preparados para liderar la transformación hacia la salud para todos, promoviendo la igualdad de acceso a los servicios sanitarios y valorando a sus trabajadores, y transformando nuestras ciudades y territorios en espacios saludables. El pacto social local que CGLU y sus socios están desarrollando tendrá como objetivo reconocer la salud como un pilar de la dignidad humana, la cohesión social y el desarrollo sostenible.
Compartir